En el año de 1821, la guerra que se libraba en las tierras novohispanas en favor de la independencia había alcanzado el momento pleno cuando el General Insurgente Vicente Guerrero y el General Realista Agustín de Iturbide aceptaron unir sus fuerzas para formar el Ejército Trigarante, que representaría esa nueva fuerza que llegaría a cumplir la misión de lograr la independencia de la Nueva España.
Para tal efecto, Iturbide proclamó el día 24 de febrero de 1821 el Plan de Iguala, en el cual afirmaba que la nación había alcanzado la madurez necesaria para bastarse por sí sola, que la Independencia de la misma debería ser un acontecimiento tal y como se da cuando un padre ve separarse del seno familiar a un hijo después de haberlo educado y engrandecerlo, tal y como la había hecho España con la América Septentrional.
Asimismo indicaba que el movimiento de Independencia iniciado por los insurgentes de 1810, había dado paso a que la unión general entre europeos y americanos, criollos e indios e indígenas, fuese la única base sólida con la que podía alcanzar la felicidad común.